En el mundo laboral, los accidentes con lesiones en las manos son los de mayor recurrencia. Para que ello no siga sucediendo, debe tomarse atención a la pérdida de resistencia y falta de agarre de los guantes, así como su falta de uso. La Unidad de Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad de Zaragoza explica algunos aspectos de este elemento de protección personal.
Un guante es un equipo de protección individual destinado a proteger total o parcialmente la mano y, dependiendo del modelo, el antebrazo y el brazo. En el ámbito laboral, las manos del trabajador pueden estar expuestas a riesgos debido a acciones externas y es posible que se generen accidentes a causa del uso o la mala elección del propio guante.
La seguridad de la mano en el trabajo depende fundamentalmente de la eficacia del guante que la protege. En cada oficio es preciso definir el guante en función de los imperativos de protección, de ergonomía y de confort.
Los guantes deben ofrecer protección contra un determinado riesgo sin crear por sí mismos otros accidentes. Deberá garantizarse que no hay ningún riesgo de higiene o sanitario para el usuario debido a las características de fabricación del guante, los materiales utilizados o la degradación producida por el uso.
Selección de guantes
Recomendaciones a tener en cuenta para la selección de un equipo protector de las manos y brazos:
- La elección debe ser realizada por personal capacitado y requerirá un amplio conocimiento de los posibles riesgos del puesto de trabajo y de su entorno, teniendo en cuanta la participación y colaboración del trabajador que será de capital importancia.
- El empresario debe confeccionar una lista de control, con la participación de los trabajadores, para cada sector de la empresa o ámbito de actividad que presente riesgos distintos. Se ha demostrado fundamental para la adecuada elección de los distintos modelos, fabricantes y proveedores, que dicha lista forme parte del pliego de condiciones de adquisición.
- Normalmente los equipos de protección no se deben intercambiar entre varios trabajadores, pues la protección óptima se consigue gracias a la adaptación del tamaño y ajuste individual de cada equipo.
- Para determinadas labores, es necesario exigir que los guantes elegidos presenten un cierto nivel de desteridad que se deberá tener en cuenta al elegir una prenda, y teniendo en cuenta la necesidad de la protección más elevada posible.
- Los guantes de protección deben ser de talla correcta. La utilización de unos guantes demasiado estrechos puede, por ejemplo, mermar sus propiedades aislantes o dificultar la circulación.
- Al elegir guantes para la protección contra productos químicos hay que tener en cuenta lo siguiente:
- ciertos materiales, que proporcionan una buena protección contra unos productos químicos, protegen muy mal contra otros.
- la mezcla de ciertos productos puede a veces dar como resultado propiedades diferentes de las que cabría esperar en función del conocimiento de las propiedades de cada uno de ellos.
- el tiempo de uso del guante y las características de las tareas para las que se va a utilizar.
Conservación de guantes de seguridad
Los guantes pueden deteriorase de forma prematura por una exposición excesiva a la luz, el oxígeno atmosférico y el ozono. Por eso, deben conservarse en el embalaje original y en un lugar fresco y seco. En algunos casos el guante no dará la protección esperada si no queda bien ajustado. Se producen en diferentes tallas de acuerdo con el sistema común europeo. Si un guante no tiene la longitud indicada en las tablas de tallas, el fabricante debe indicar explícitamente que se trata de un guante de una talla especial para una aplicación especial.
La término desteridad hace referencia a la capacidad de manipulación para realizar un trabajo y está relacionada con el espesor de material del guante, su elasticidad y su deformidad, en una palabra, la destreza que permite un guante a su usuario.
Exigencias
Además del marcado obligatorio conforme a lo dispuesto en las normas, el guante puede disponer de la siguiente información, según lo exigido en la norma UNE-EN 420:
- Dirección conocida y completa del fabricante o del representante autorizado.
- Marca y referencia (nombre comercial o código).
- Información sobre la gama disponible de tallas.
- Cuando sea aplicable, pictogramas que definen las características técnicas con los niveles de protección correspondientes.
- Instrucciones para el uso, si fuera relevante.
- Instrucciones del cuidado: instrucciones del almacenaje, si fuera relevante; pictogramas de la limpieza y el número de las limpiezas.
- Referencia a los accesorios y a las piezas de repuesto, si fuera relevante.
- Fecha de caducidad, si las prestaciones protectoras pudieran verse afectadas significativamente por el envejecimiento.
- Tipo de empaquetado conveniente para el transporte.
- Inocuidad (por ejemplo: pH de los materiales lo más neutro posible).
- Desteridad: conviene que un guante proporcione la mayor flexibilidad dependiendo del uso destinado.
- Composición del guante.
El envase de los guantes se marcará con estos elementos. Además, con el pictograma apropiado al riesgo cubierto por el guante, cuando este alcance al menos el nivel 1 en el ensayo de prestaciones correspondiente.
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Clasificación
Los guantes de trabajo, al igual que el resto de Equipos de Protección Individual, se clasifican en 3 categorías en función del riesgo:
Categoría I. De diseño sencillo. Protegen contra riesgos leves o menores. Estos guantes podrán fabricarse sin ser sometidos a examen de tipo CE, y el fabricante o distribuidor podrá emitir un auto certificado de conformidad. Dentro de la categoría I se encuentran, por ejemplo; guantes de jardinería, guantes de protección térmica para temperaturas inferiores a los 50°C y guantes de protección frente a soluciones diluidas de detergentes.
Categoría II. De diseño intermedio. Protege de riesgos intermedios, es decir, que no puedan causar lesiones graves o la muerte. Son certificados por un laboratorio u organismo notificado. Dentro de la categoría II se encuentran, por ejemplo, los guantes mecánicos, térmicos (hasta 100°C), de protección frente a motosierras, frente al frío y de soldadores.
Categoría III. De diseño complejo. Protege contra riesgo de lesiones irreversible o la muerte. Son certificados por un laboratorio u organismo notificado, más un control de la fabricación por parte del mismo organismo. En la categoría III se encuentran, por ejemplo, los guantes de protección química, de protección térmica (por encima de 100 ºC) y de bomberos.
La Unión Europea por ejemplo exige que todos los guantes comercializados en su territorio tienen que estar oportunamente certificados. En el certificado se identificarán mediante pictogramas en forma de escudo (símbolo de protección contra el riesgo) los riesgos que están cubiertos por el guante, también se hará constar el “nivel de prestación”, que es la eficiencia para cada tipo de riesgo cubierto.
El nivel de protección se especifica mediante un número entre 0 y 4 que corresponde a los resultados de las pruebas realizadas en el laboratorio. El nivel 0 indica que el guante no ha sido probado o que los resultados son inferiores al mínimo exigido. Los resultados del guante son mejores cuanto más alto es el número.
Publicado en la Revista Seguridad Minera nº123.
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