[Entrevista por Marco Polo] Dentro de la jerarquía de control de riesgos, el uso de equipos de protección individual (EPI) es la última alternativa. Paradójicamente, se trata del paso más visible y que concita mayor interés. Luego de décadas de adaptación, ahora es común ver a trabajadores utilizando los equipos, pero todavía hay retos que superar. Conversamos con Pilar Cáceres Armendáriz, directora del Centro Nacional de Medios de Protección del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo-INSHT de España, quien explica los desafíos en el uso de los EPI.
En cuanto al uso de los EPI, ¿en qué momento estamos?
Tengo la sensación de que hay problemas que se repiten en muchos países del mundo. En España y en otros países de Europa no se ha estado aplicando de manera correcta el marco legislativo que tenemos. Se está haciendo un sobreuso de los EPI.
¿A qué se refiere?
Simplemente se entrega el equipo sin plantearse cuál es el más adecuado al riesgo, teniendo en cuenta el trabajo a hacer, el ambiente en que se realizará y la persona que lo ejecutará. Como consecuencia, muchas veces la persona sufre la incomodidad de un equipo no adecuado que puede introducir riesgos adicionales. Los EPI son muy incómodos si no los escogemos correctamente y, si el grado de incomodidad supera ciertos limites, se deja de utilizar.
La información del usuario también es clave…
En efecto. Otro problema es que los usuarios no tienen la información correcta sobre cómo funciona la protección del equipo, cómo debe usarlo, cuáles son sus limitaciones y cómo debe mantenerlo para garantizar los niveles de protección.
En ocasiones, los mismos trabajadores modifican los EPI para que les resulten más cómodos al momento de efectuar su trabajo, corriendo el riesgo de utilizar un equipo que no les proteja; sin embargo, con esas modificaciones, podrían aportar sugerencias sobre cómo mejorar el equipo.
Usted menciona que hay poco conocimiento de los requisitos, ¿a qué se refiere?
El marco jurídico europeo para la comercialización de los EPI establece requisitos básicos de seguridad y salud que deben cumplir antes de ponerse en el mercado a disposición de los usuarios. Los requisitos básicos tienen que ver con aspectos como ergonomía y adaptación al usuario, que el equipo no ocasione riesgos adicionales con los materiales y tejidos utilizados en su fabricación. Otros están relacionados al riesgo del que protegen. Todos estos requisitos hacen que cuando el producto esté en el mercado garantice la protección ante de aquello que manifiesta el fabricante.
El folleto que acompaña al EPI ayuda en brindar información…
Siempre debe decir de qué protege, qué nivel protección ofrece, cómo usarlo, qué limitaciones tiene, cómo mantener y cuidar el equipo, qué periodo de caducidad tiene… Todo esto forma parte de los requisitos que el producto debe cumplir antes de ponerse en el mercado y representar un producto seguro. Después viene la siguiente parte que es usarlo correctamente.
Un aspecto importante es la comunicación entre las áreas de seguridad y logística….
En España hemos observado una queja general de los técnicos de prevención, sobre todo en grandes centros de trabajo como el sector hospitalario, donde se efectúan compras masivas de EPI para personal sanitario. Los técnicos se quejan de que definen los riesgos, hacen su correcta evaluación, establecen cuáles son las características del equipo que deben usar los trabajadores, pero cuando el pedido llega al departamento de compras parece que allí prima el bajo costo, sin tener en cuenta que es un elemento de seguridad seleccionado por sus propiedades. También es cierto que muchas veces el técnico de prevención no ha definido correctamente el equipo y, por costo, se compra el que no se necesitaba.
En grandes rasgos, ¿hacia dónde va el futuro de los EPI?
Se está avanzando mucho en temas de comodidad, buscando altos niveles de protección con poca carga ergonómica sobre el trabajador, es decir, con materiales más transpirables y más ligeros. Se está trabajando mucho en el tema de la compatibilidad. Muchas veces vemos cómo el trabajador lleva simultáneamente el caso, la gafa, la prenda, el guante y, si no están bien elegidos, puede ocurrir que la protección que ofrece uno de ellos se vea afectada por llevar simultáneamente el otro y al final no estamos protegidos. El tema de las mujeres es muy importante. Hay muchos sectores que han sido tradicionalmente masculinos y ellas ahora tienen menos dificultad de encontrar equipos, calzado o ropa a su medida. Los EPI inteligentes ya son una realidad y habrán situaciones en la que serán la mejor opción.
Entrevista realizada por Marco Polo Santillán, editor de la revista Seguridad Minera. Correo: seguridadminera@isem.org.pe
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