Las plataformas elevadoras pueden hacer el trabajo más sencillo, pero requieren de constante vigilancia para evitar accidentes fatales. Dentro de las políticas de prevención de riesgos, las inspecciones tienen un papel clave a la hora de determinar la seguridad de las plataformas antes del inicio de las operaciones.
La agencia gubernamental Safe Work Australia publicó una guía dedicada a la inspección y mantenimiento de las plataformas elevadoras. En uno de sus capítulo, el organismo explica cuáles son los tipos de inspección que garantizan la seguridad de los operarios.
Inspección preoperacional
Las inspecciones previas a la operación son generalmente visuales y verificación funcional. Estas deben realizarse al comienzo de cada turno para detectar fallas obvias (anomalías) y para confirmar el correcto funcionamiento de los controles y los límites del recorrido. La revisión debe incluir la detección de daños, la presión de los neumáticos, los niveles de líquido hidráulico y las fugas.
Inspección de rutina
Las inspecciones de rutina se basan normalmente en el uso y deben realizarse de acuerdo con las recomendaciones del fabricante, si las hubiera. Este tipo de rutina se hace cada tres meses, salvo que el equipo no esté en servicio. La inspección involucra el desmantelamiento de algunos componentes, la revisión del libro de registros, pruebas de funcionamiento, entre otros.
Inspección periódica
Las inspecciones periódicas se basan en intervalos de uso en horas sujetos a un período de tiempo máximo, generalmente un año. Se deben realizar inspecciones periódicas al menos una vez al año, a menos que el fabricante recomiende lo contrario.
Los componentes que se recomienda inspeccionar a intervalos de más de 12 meses, y que generalmente requieren un mayor nivel de intervención, deben revisarse a intervalos recomendados por el fabricante, cuando estén disponibles, o de lo contrario a intervalos recomendados por una persona competente.
Inspección en profundidad
Las plataformas deben someterse a una inspección en profunda después de diez años de servicio y, a partir de entonces, cada cinco años. También debería hacerse cuando el fabricante así lo recomienda, cuando la plataforma vuelve a la actividad tras varios años y no cuenta con un registro operativo, o cuando está diseñado o construido según un estándar técnico desconocido. Las inspecciones en profundidad no sustituyen a otros tipos de inspecciones y deben ser adicionales.
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