Muchos productos o sustancias que se utilizan en el trabajo pueden ser perjudiciales a la salud, señala el Ejecutivo de Seguridad y Salud del Reino Unido. Por ejemplo, el aire polvoriento o cargado de humos puede provocar enfermedades pulmonares, en soldadores, trabajadores de canteras o carpinteros. Los fluidos para trabajar metales pueden desarrollar bacterias y hongos que causan dermatitis y asma. Las flores, los bulbos, las frutas y las verduras pueden provocar dermatitis. El trabajo mojado en la restauración y la limpieza, puede provocar dermatitis. El contacto prolongado con cemento húmedo en la construcción puede provocar quemaduras químicas y/o dermatitis.
Las sustancias también pueden tener otras propiedades peligrosas. Pueden ser inflamables; por ejemplo, los productos a base de disolventes pueden desprender vapores inflamables. Las nubes de polvo de materiales cotidianos, como el polvo de madera o la harina, pueden explotar si se encienden.
El potencial de daño de las sustancias puede averiguarse mediante la información que viene con el producto, por ejemplo, una ficha de datos de seguridad; preguntando al proveedor, al representante de ventas y a su asociación comercial; buscando en organizaciones especializadas información sobre salud y seguridad, etc.
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