El accidente de la mina de carbón El Pinabete en Sabinas (México), donde diez mineros siguen atrapados, es una muestra de la importancia de los protocolos de emergencia, medidas de mitigación de riesgos y normas sobre señalización y equipamiento.
En declaraciones para Expansión, Armando Alatorre, presidente del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, advierte que las propiedades naturales del carbón hacen que los estándares de seguridad sean diferentes al de la mayoría de las operaciones mineras. El principal riesgo es el gas grisú del carbón que es incoloro, insaboro, inoloro y explosivo.
Acerca del derumbre en El Pinabete provocado por inundación, la normativa NOM-032-STPS-2008 establece que las empresas deben realizar un estudio geohidrológico que señale la localización de acuíferos próximos al lugar de la operación minera y de depósitos de aguas superficiales. También deberá localizar minados antiguos o abandonados próximos, y la delimitación de hasta dónde pueden extenderse los trabajos.
En base a dicha investigación, las empresas deben determinar las medidas de prevención y control de riesgos como las características de las barreras o pilares de protección.
Lamentablemente, El Pinabete no contó con las mencionadas investigaciones del terreno así como con un plan de rescate, algo que es obligatorio para las actividades mineras subterráneas. Esto se debe a que la mayoría de las operaciones de extracción de carbón no estás registradas ante las autoridades, por lo que los trabajadores se exponen constantemente y sin los equipos de protección adecuados.
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