Elementos de un programa de protección respiratoria

La protección respiratoria puede ser de ayuda en muchos ambientes de trabajo en los cuales los empleados están expuestos a contaminantes transportados por el aire.

Cualquier cosa que se use para proporcionar un aire para respiración mas limpio puede considerarse un respirador, desde los más sofisticados respiradores purificadores con suministro de aire, hasta las máscaras desechables contra el polvo. Desafortunadamente, los respiradores se utilizan con frecuencia erróneamente. Incluso los mejores respiradores no se consideran 100% efectivos como medidas de control, principalmente debido a las limitaciones por ajuste a la persona y en los mecanismos de purificación de aire.

Según especialistas de la Liberty Mutual, un programa de protección respiratoria debe tener los siguientes elementos:

1. Establecer por escrito los procedimientos estándar de operación. Se debe incluir toda la información e instrucción necesaria para la adecuada selección, uso y cuidado de respiradores. Se debe anticipar y planear tanto para uso rutinario como para emergencias.
2. Asignar la autoridad y responsabilidad pora el programa. Se debe seleccionar un individuo que tenga el conocimiento suficiente acerca de protección respiratoria para supervisar el programa. Se debe evaluar periódicamente la efectividad del programa para verificar que se esté implementando de acuerdo a lo que está escrito.
3. Evaluar el grado de exposición al o a los contaminantes en el ambiente de trabajo. Este paso ayudará a verificar que el respirador es necesario y ayudar a seleccionar el tipo correcto para brindar la protección adecuada. La evaluación puede incluir muestreo de aire, análisis racional, u otros medios apropiados. Se debe reevaluar la exposición cada vez que sea necesario, en especial si ocurren cambios del proceso.
4. Usar respiradores apropiados. Se debe adquirir siempre respiradores certificados, en especial el respirador correcto para cada tarea. Los respiradores deben seleccionarse con base en el riesgo al cual el usuario está expuesto.
5. Determinar la aptitud médica y psicológica del empleado para utilizar un respirador. Por lo general, esta determinación requiere una evaluación inicial de ubicación en el trabajo que incluya la historia clínica, examen físico y exámenes de laboratorio específicos de los sistemas respiratorio y cardiovascular. Evaluaciones periódicas adicionales pueden ser apropiadas, dependiendo del tipo de respirador, la frecuencia de su uso, la edad de quien lo usa, los resultados de la evaluación de ubicación en el trabajo y otros criterios determinados por un médico.
6. Conseguir procedimientos de prueba cualitativos y cuantitativos para evaluar el ajuste de respiradores de presión negativa a sus usuarios. Estos procedimientos de prueba de ajuste permitirán tambien a los usuarios el acostumbrarse al respirador antes de entrar en atmósferas peligrosas.
7. Entrenar a los usuarios de respiradores. El entrenamiento debe cubrir al menos los siguientes puntos:
   • La naturaleza peligrosa del contaminante de aire;
   • Otros controles de riesgo utilizados y las razones por las cuales se utilizan respiradores;
   • El funcionamiento, las limitaciones y la capacidad del respirador;
   • Las consecuencias posibles de sobreexposición causadas por un uso inadecuado del respirador;
   • Cómo verificar el ajuste apropiado del respirador antes de ingresar en áreas de exposición, y por qué es importante eliminar los factores que pueden interferir con un ajuste apropiado (barbas, patillas largas, etc.);
   • Cómo y por qué realizar pruebas de presión positiva y negativa cada vez que se termina de poner el respirador; y
   • Procedimientos para la limpieza, mantenimiento y almacenamiento adecuados del respirador.
8. Limpiar, desinfectar e inspeccionar regularmente todos los respiradores. En donde sea posible se debe asignar un respirador a cada individuo para uso exclusivo. De otro modo el respirador debe limpiarse y desinfectarse después de cada uso. Los respiradores de emergencia deben inspeccionarse después de cada uso y por lo menos una vez al mes si no están en uso.
9. Cuidar de un almacenamiento adecuado de los respiradores. Las condiciones deben ser convenientes, limpias y sanas.

Consideraciones adicionales

Siempre utilizar respiradores aprobados, incluso si se utlizan únicamente por comodidad. Respiradores no aprobados no pueden garantizar un nivel de protección o comodidad consecuente y adecuado cuando se sujetan a los rigores del uso.

Ocasionalmente las directivas toman la decisión de utilizar máscaras respiradoras contra el polvo no aprobadas para la comodidad de los empleados, a pesar de su falta de efectividad. También en tales casos es necesario imponer los elementos básicos de un programa de protección respiratoria. Por ejemplo, los usuarios potenciales de un respirador deben ser entrenados con respecto a las limitaciones del respirador que se está utilizando. Se debe informar a los usuarios que éste tipo de respirador no ofrece protección frente a contaminantes tóxicos o deficiencia de oxígeno y es completamente inadecuado para uso en espacios cerrados o en otros ambientes peligrosos.

Se recomienda la prohibición de la práctica de que los empleados traigan sus propios respiradores al sitio de trabajo. Es prácticamente imposible para las directivas el asegurar que estos respiradores sean integrados efectivamente en el programa de protección respiratoria.

Algunas veces una revisión de las prácticas de uso de respiradores revelan que la protección respiratoria no es necesaria para el control de riesgos de salud. Si esto ocurre y no se va a implementar un programa de protección respiratoria para uso por comodidad, se debe retirar los respiradores del sitio de trabajo para prevenir una utilización incorrecta.

Donde se utilizan respiradores, las concentraciones de contaminantes del aire con frecuencia exceden los valores límites de concentración o los niveles de exposición permisible. Bajo estas circunstancias es apropiado establecer inspecciones médicas específicas al peligro químico adicionales a las que las recomendaciones de aptitud médica determinan para los usuarios de respiradores.