La palabra personalidad es bastante difícil de definir puntualmente. Entre las cosas más buscadas por el hombre a través de los tiempos sobresale una buena personalidad.
Primero subconscientemente y más tarde conscientemente, todas las personas se esfuerzan con más tenacidad por desarrollar una buena personalidad que por cualquier otra cosa. El proceso de influencia mutua entre las personas nunca termina. La imagen que las personas se forman unas de otras moldean sus acciones.
La personalidad. Lo que es y lo que no es
La palabra personalidad tiene un significado mucho más amplio que el que se le da comúnmente: cualidad de cautivar y persuadir. La personalidad es en realidad la suma total de todo lo que una persona hace y dice; según resulte agradable o desagradable para otras personas determina su aceptación o rechazo, respectivamente. Dicho de otro modo, la personalidad es conducta.
La personalidad se revela por la manera de actuar, por la forma de entender la vida, por las actitudes e intereses, así como también por los hábitos, pensamientos y formas de expresarse. Con otras palabras, la personalidad de un individuo se revela por lo que se ve en su conducta y la forma en que otras personas reaccionan ante ella.
Muchos sicólogos mantiene que la personalidad es la forma en que un individuo se comporta y responde cuando está en presencia de otra persona. Aunque parezca una exageración, en realidad no existe tal cosa como personalidad humana a menos que haya otra persona presente para reaccionar ante ella. En la mayoría de las situaciones corrientes, cuando una persona describe la personalidad de otra, no hace más que describir sus propias reacciones ante lo que la otra persona hace y dice.
Nuestra conducta cambia con el fin de adaptarnos a las características particulares de las situaciones y de los individuos así como también para satisfacer nuestros deseaos. Casi todas las personas hablan y actúan en forma diferente con sus compañeros de trabajo a como lo hacen con sus superiores. Cuando es necesario hablar con un superior importante, los modales, actitudes y vocabulario de la gente cambian completamente y se refinan.
Estas diferentes formas de comportarse determinan reacciones individuales, lo cual podría inducir a un supervisor a decir lo siguiente a otro supervisor con respecto a un trabajador, «No me explico cómo lo puedes resistir en tu grupo. Es un individuo amargado. Tímido y flojo». Sin embargo, el otro supervisor podría decir con respecto al mismo trabajador si éste forma parte de su grupo de trabajo, «Este muchacho es brillante y enérgico y posee una gran capacidad de trabajo ». Por consiguiente, si se quiere disponer de un sistema eficaz para medir la personalidad, éste debe fundamentarse en rasgos humanos básicos.
Dado que la personalidad es conducta, la conducta segura y la conducta insegura en el trabajo se convierten en un rasgo básico de la personalidad. Cuando las personas se esfuerzan en cambiar una conducta insegura en una conducta segura, están tratando de cambiar la personalidad. Con frecuencia es difícil cambiar la conducta de alguna persona, con respecto a la prevención de accidentes u otro rasgo de la personalidad aún cuando esa persona cambie constantemente de conducta. Por otra parte, tratar de cambiar la personalidad de un individuo desde «afuera hacia adentro» es una cosa completamente distinta del cambio que ese individuo realiza desde «adentro hacia afuera».
En este capítulo se tratará principalmente de la naturaleza de la personalidad y en particular de las características asociadas con el trabajador seguro, el repetidor de accidentes y el impropiamente llamado «propenso a los accidentes». Más adelante se presentarán los procedimientos necesarios para cambiar las conductas inseguras en conductas seguras.
Cuando intentamos lograr estos cambios mediante la utilización de los métodos comprobados y aceptados que se expondrán, las probabilidades de éxito no solamente aumentarán, sino que lo harán en forma notable. En capítulos posteriores se presentarán específicamente las actitudes seguras, las motivaciones para la seguridad y la comunicación cara a cara. Ahora, vamos a referirnos a la personalidad en cuanto a su vinculación con la prevención de accidentes en el trabajo.
¿Es la personalidad segura diferente?
La pregunta»¿Es la personalidad segura diferente?» ha sido objeto de gran atención y se ha estudiado intensamente ese interrogante en la práctica durante los últimos veinticinco años. Dado que la conducta es personalidad en acción y puesto que una conducta segura produce resultado completamente distintos a los de una conducta insegura, solamente hay una respuesta: sí, la personalidad segura es diferente.
Sin embargo, conviene formular esta otra pregunta: ¿Cuáles son las indicaciones prácticas, comunes, que permiten distinguir entre una personalidad segura y una personalidad insegura?. El objetivo es transformar la conducta insegura en conducta segura y evitar que se produzcan accidentes. ¿Es posible identificar al hombre cuya conducta es necesario modificar, antes de que tenga un accidente?.
Son muchos los que opinan que el resolver este tipo de problemas exige extraordinarios conocimientos de sicología. Eso no es verdad en absoluto. El supervisor tiene más experiencia sobre el comportamiento en el trabajo que la que pueda tener cualquier otra persona, particularmente con respecto a los integrantes de su grupo. Es más, su tarea fundamental es la de cambiar y controlar conductas. Esta es otra forma de definir el concepto de supervisión y constituye el trabajo de los líderes en todas las actividades de la vida, ya se trate de un rey, del presidente de una compañía. O del joven que actúa como líder o guía de un grupo de «boy scout».
Los estudios e investigaciones sobre la personalidad y la conducta han producido descubrimientos muy importantes, pero su utilidad para el supervisor en el trabajo diario depende por completo de que seamos capaces de describirlos en términos prácticos de modo que puedan ser utilizados. Esto, por consiguiente, es importante para esta presentación donde se adoptarán guías cuidadosamente seleccionadas en relación con la personalidad y la conducta, particularmente con la conducta segura y se explicarán desde el punto de vista de su aplicación diaria.
No existe la persona absolutamente segura
De hecho, no existe el individuo o la personalidad absolutamente segura. Cuando se observa a los trabajadores en medio de sus ocupaciones, es fácil detectar sus condiciones físicas, su estado físico, su necesidad de entrenamiento, su respuesta al mismo y sus reacciones emocionales ante los problemas a los que se enfrentan. Se supone entonces que todo marcha bien y, repentinamente, sin ninguna razón aparente, se produce un accidente.
Desde luego, se pueden hacer comprobaciones, evaluar y tomar medidas con respecto a la mayoría de las situaciones que aparentemente no prestan problema alguno. Sin embargo, son las particularidades emocionales de la conducta, basadas en las diferencias individuales, rasgos y actitudes, las que presentan problemas difíciles.
Todas las personas son vulnerables a los accidentes cuando están bajo la influencia de emociones muy fuertes. Una emoción fuerte entorpece la habilidad para percibir lo que está ocurriendo alrededor. Es una especie de bloqueo emocional que restringe la conducta y el pensamiento de modo que impide a las personas desenvolverse inteligentemente y competentemente. No es muy extraño ver a personas en ese estado emocional. En ese tipo de situaciones a veces se producen comentario de la gente tales como, «No parece el mismo» o, «Hoy se está comportando como una persona extraña », los cuales son bastante ilustrativos.
Características de la persona impropiamente llamada «propensa a los accidentes»
Los estudios que han informado tanto acerca de la personalidad todavía no se han desarrollado hasta tal punto que permitan predecir con absoluta certeza, si las reacciones emocionales de un individuo resultarán en una conducta segura o insegura. Es posible estimar en muchos casos y con razonable exactitud cuáles serán las probabilidades de que se de una u otra conducta.
La conducta «propensa a accidentes » ha sido objeto de muchos proyectos de investigaciones y de estudios en el trabajo. Se ha escrito tanto acerca de este asunto que el significado de las palabras «propenso a accidentes » ha sido interpretado de numerosas maneras.
Ciertamente, el hecho de que una persona tenga repetidos accidentes pudiera hacer pensar que la misma manifiesta una conducta propensa a los accidentes y dado que conducta y personalidad a veces son considerados como sinónimos, es muy fácil aplicar impropiamente a esa persona el calificativo de «personalidad propensa a los accidentes», que se debe reservar exclusivamente para el ínfimo porcentaje de personalidades que requieren atención clínica especializada por sicólogos o siquiatras.
Obviamente, muchos repetidores de accidentes –de hecho la inmensa mayoría- pueden ser ayudados a corregir su conducta con procedimientos de supervisión corrientes y apropiados. En esta presentación se tratará acerca de los síntomas y características de los repetidores de accidentes. El Dr. Lawrence L. LeShan en su estudio «Dynamics in Accident-Prone Behavior» plantea que existen dos modalidades básicas en la conducta de los repetidores de accidentes.
- Primero, los repetidores muestran una gran tendencia a mostrarse excesivamente agresivos en su conversación
- Segundo, no han aprendido a resolver la frustración optando por otros objetivos o a sobrellevarla cuando no que de otra alternativa. Esto se refleja en su marcada hostilidad hacia los representantes de la autoridad y hasta cierto grado por lo menos, surge de sus sentimientos de culpa acerca de este exceso de oposición e inconformidad a las normas y reglamentos y esto automáticamente incluye a las normas y reglamentos sobre prevención de accidentes. Además, estas personas están centralizadas en sí mismas e interpretan todas las cosas de acuerdo con sus propias necesidades.
Por ahora, retengamos en la mente estas conclusiones del Dr. LeShan y pasemos a tratar las características de la persona con actitudes seguras.
Características de la persona con actitudes seguras
El Dr. LeShan también hizo un estudio especial para investigar si las personas que se distinguen por su historial de trabajo sin accidentes presentan algunas características de la personalidad o de la conducta comunes y consecuentes con este historial.
A continuación se exponen las seis regularidades que se han encontrado:
- Tienen muy buenas relaciones humanas. Se sienten identificadas emocionalmente con otras personas, particularmente con los miembros de su grupo de trabajo y con sus familiares inmediatos.
- Saben dónde están situadas y tienen objetivos perfectamente definidos. Planean para el futuro y planean bien.
- Tienen un concepto madura, realista y socialmente responsable sobre la importancia del dinero. Consideran que el salario «prueba» la posición social.
- Se preocupan en forma razonable por su estado de salud y condición física.
- Su historial de salud es muy superior al del grupo de repetidores de accidentes y también al del grupo promedio. Su porcentaje de enfermedades no llega al cincuenta por ciento del que presenta el grupo promedio.
- El contraste entre las características de la personalidad del grupo repetidor de accidente y el grupo con actitudes seguras es de lo más interesante.
Existen muchos otros estudios más detallados; el propósito aquí, sin embargo, no es la investigación sino disponer de un método práctico para desarrollar una conducta segura en el trabajo, las características básicas reveladas y brillantemente expuestas en el trabajo del Dr. LeShan proporcionan la información básica necesaria sobre las diferencias de personalidad para poder deducir lineamientos prácticos para desarrollar conductas seguras.
Por Consejo Interamericano de Seguridad. Relaciones humanas en prevención de accidentes, 1981, 384 pp.
Foto: LaHora.cl
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