Un problema generador de muchos accidentes graves es la falta de comunicación entre quienes deben realizar un determinado trabajo, normalmente tareas de mantenimiento o reparación en una instalación en funcionamiento y de la que no forman parte habitualmente, y los propios responsables de dicha instalación.
Las instalaciones o ámbitos de trabajo que pueden verse afectados por tal problema, suelen entrañar riesgos graves por su estado energético, presencia de productos químicos peligrosos o residuos, limitaciones en la calidad del aire respirable, etc., y por ello deben ser debidamente controlados. La solución a esta posible falta de comunicación se resuelve mediante el estricto cumplimiento de un procedimiento por el que cualquier intervención en determinadas instalaciones o ámbitos físicos debe ser autorizada.
La causa principal de este tipo de accidentes sigue teniendo su origen en una doble circunstancia: de una parte el desconocimiento de los riesgos presentes en el lugar de intervención en y durante la realización del trabajo por los trabajadores encargados del mismo, bien sean los de mantenimiento de la propia empresa, o de una empresa externa contratada, o de trabajadores autónomos ajenos. Por otra parte, se encuentra la falta de la debida coordinación entre los departamentos o áreas de Producción y Mantenimiento, o dicho de otra forma, entre los que ordenan o encargan la ejecución del trabajo y los encargados de realizarlo.
Como regla general, el acceso de trabajadores a zonas peligrosas de los lugares de trabajo, donde su seguridad pueda verse afectada por distintos riesgos, exigirá una evaluación previa de dichos riesgos y la adopción de las medidas de control precisas para protegerlos. En lo que se refiere, por ejemplo a trabajos en espacios confinados, se requerirá una evaluación específica de los riesgos presentes en el acceso, permanencia y salida de dichos espacios.
Mediante la “autorización” se controla fundamentalmente el acceso para que este se haga en condiciones seguras. Ahora bien, la realización correcta de cualquier tarea en el interior de tales ámbitos, considerados como muy peligrosos, requiere por su criticidad del correspondiente procedimiento o instrucción de trabajo. En tal instrucción de trabajo deberá especificarse la manera correcta de realizar las distintas operaciones, la cualificación referida a las personas implicadas y los medios materiales necesarios.
Por otra parte, un aspecto clave a controlar en las auditorías, relativo a medidas/actividades para eliminar o reducir los riesgos, debería ser el uso de determinados equipos o la realización de determinadas operaciones que, por razones de seguridad, solo pueden ser efectuados por trabajadores con conocimientos especializados. Los trabajos que requieren autorización solo deberían ser realizados por trabajadores con tales conocimientos y el entrenamiento necesario. Aspectos esenciales de un procedimiento de autorización de trabajo son los siguientes:
- El registro documental de la autorización con la firma de los responsables de las dos partes implicadas en la ejecución del trabajo: los que lo solicitan como responsables de una instalación y los que lo han de realizar.
- La duración limitada de la autorización.
- La aplicación de cuestionario de chequeo a modo de guía para verificar las condiciones de clave de seguridad.
Trabajos que requieren de autorización de trabajo
La autorización de trabajo tiene el objetivo de garantizar que determinados trabajos que puedan generar riesgos de accidente con consecuencias graves, debido a la intervención en instalaciones o ámbitos peligrosos, se realicen bajo condiciones controladas. Se consideran trabajos especiales, independientemente que los realicen personal interno o externo, los que a continuación se indican:
- Trabajos en caliente: Comprenden todas las operaciones con generación de calor, producción de chispas, llamas o elevadas temperaturas en proximidad de polvos, líquidos o gases inflamables o en recipientes que contengan o hayan contenido tales productos. Por ejemplo: soldadura y oxicorte, emplomado, esmerilado, taladrado, etc.
- Trabajos en frío: Son las operaciones que normalmente se realizan sin generar calor pero que se efectúan en instalaciones por las que circulan o en las que se almacenan fluidos peligrosos. Comprenden trabajos tales como: Reparaciones en las bombas de trasvase de líquidos corrosivos, sustitución de tuberías, etc.
- Trabajos en espacios confinados: Comprenden todas las operaciones en el interior de depósitos, cisternas, fosos y en general todos aquellos espacios confinados en los que la atmósfera pueda no ser respirable o convertirse en irrespirable a raíz del propio trabajo, por falta de oxígeno o por contaminación por productos tóxicos.
- Trabajos eléctricos: Están constituidos por todo tipo de trabajos eléctricos o no, que hayan de realizarse sobre o en las proximidades de instalaciones o equipos eléctricos energizados.
Otros trabajos especiales
Trabajos que por sus especiales características puedan suponer riesgos importantes a personas o a la propiedad, y por ello requieran de autorización. En principio, cualquier lugar de trabajo peligroso debería requerir que para intervenir en él, se dispusiera de autorización, pudiendo tener su acceso incluso limitado a cualquier persona ajena, distinta de las autorizadas.
Para los trabajos de mantenimiento y reparación de máquinas en los que se requiera una previa utilización de los dispositivos de consignación para el enclavamiento de las fuentes de energía, sería conveniente disponer de un procedimiento específico diferente de la autorización. A su vez también debería existir procedimiento específico para limitar el acceso de personal foráneo a áreas peligrosas.
Muchos de los trabajos de mantenimiento, por sus características peculiares o procedimientos de ejecución, pueden implicar la generación de accidentes graves. La causa principal de los mismos tiene su origen en una doble circunstancia: por un lado, el desconocimiento de los riesgos que ofrecen las instalaciones en el momento de las intervenciones y, por otra parte, una falta de coordinación entre los diferentes departamentos implicados, generalmente producción y mantenimiento. La colaboración entre el responsable de área implicada y el de mantenimiento, se hace necesaria puesto que el responsable de área es quien mejor conoce las condiciones, estado y contenido de las instalaciones y el ejecutor del trabajo especial el que mejor conoce las normas e incompatibilidades del trabajo en cuestión.
Deja un comentario