En el marco del XXVII Seminario Internacional de Seguridad Minera organizado por el Instituto de Seguridad Minera (ISEM), expertos de diversos países compartieron sus conocimientos sobre las tendencias más recientes en seguridad laboral para el sector minero, con un enfoque particular en la seguridad psicológica y los riesgos psicosociales en los trabajadores.
Durante el segundo día del evento, Scott Hoesman, representante de InQuest (Canadá), destacó la estrecha relación entre la seguridad psicológica y física en el entorno laboral. Según Hoesman, la falta de seguridad psicológica puede desencadenar estrés crónico y agotamiento emocional, afectando directamente la productividad y la capacidad de retención de las empresas. Para contrarrestar estos efectos, propuso un modelo basado en cuatro pilares: la seguridad para ser uno mismo, la seguridad para aprender y crecer, la seguridad para desafiar, y la seguridad en los sistemas.
Por su parte, Michael Duvenhage del ICMM (Inglaterra) presentó los estándares actuales de seguridad, salud y bienestar para la minería, subrayando la evolución de las normativas desde 2008 hasta 2024. Duvenhage enfatizó 10 principios fundamentales que abarcan desde la ética hasta la sostenibilidad ambiental, poniendo especial atención en las principales causas de fatalidades, como la interacción con vehículos y equipos móviles.
Desde Brasil, Ronaldo Pereira compartió el caso de éxito de la Mina Pirapora, que ha implementado un programa para alcanzar el «triple cero»: ausencia de accidentes, incidentes y enfermedades laborales. Este programa ha transformado la cultura organizacional de la empresa, pasando de un enfoque reactivo a uno preventivo, con medidas específicas como el programa SafeStart para reducir errores humanos. Actualmente, tienen 5 años sin accidentes con baja laboral.
Milagros Altuna, representante de Rio Tinto (USA), abordó el papel integral del bienestar en la cultura laboral. Altuna explicó cómo Rio Tinto ha identificado cinco pilares clave para mejorar el ambiente laboral: liderazgo ejemplar, formación integral, mecanismos de apoyo, entornos seguros e inclusivos, y colaboración con contratistas. La empresa ha identificado 24 riesgos psicociales que afectan a sus 57 mil trabajadores alrededor del mundo.
Paul Crowe, de SafeStart International (USA), ofreció una perspectiva neurológica sobre el comportamiento seguro, explicando cómo los diferentes niveles de la mente (consciente, inconsciente y subconsciente) influyen en la toma de decisiones en materia de seguridad. Según Crowe, aproximadamente el 95% de las 30,000 decisiones que tomamos diariamente son gestionadas de forma automática por el subconsciente, lo que tiene importantes implicaciones para la prevención de accidentes.
Finalmente, Markus Uchtenhagen de Redlands Group (Canadá) abordó las innovaciones en rescate minero, destacando herramientas como el South African Winder, plataformas de software como FocusFS, y el uso de drones y robots. Uchtenhagen también presentó el International Mine Rescue Body (IMRB), una organización global dedicada a mejorar las respuestas a emergencias mineras.
El seminario evidenció que la industria minera está experimentando una transformación significativa en sus enfoques de seguridad, donde la tecnología y el bienestar psicológico de los trabajadores se posicionan como elementos centrales para lograr entornos laborales más seguros y productivos.
Seguridad minera en la mira: lecciones del primer día del XXVII Seminario Internacional
Una industria que transforma montañas no puede permitirse errores fatales. Con esa premisa se dio inicio al XXVII Seminario Internacional de Seguridad Minera, el evento más importante del sector en el país, que del 9 al 11 de abril convertirá la ciudad de Lima en el epicentro del diálogo técnico, humano y estratégico sobre seguridad, salud ocupacional y tecnologías aplicadas en minería. Organizado por el Instituto de Seguridad Minera (ISEM), el seminario reune a líderes empresariales, autoridades, especialistas internacionales y profesionales del sector para debatir y compartir soluciones frente a un desafío común: proteger la vida en entornos de alto riesgo.
El primer día de actividades ofreció una radiografía detallada de la situación actual de la seguridad minera en el Perú y marcó el tono del evento con presentaciones cargadas de datos, reflexiones críticas, innovaciones tecnológicas y propuestas concretas para avanzar hacia una cultura de prevención sólida y sostenible.
La jornada inaugural estuvo a cargo de Michel Acosta, director de Asuntos Ambientales Mineros del Ministerio de Energía y Minas, quien destacó la importancia de la seguridad como eje estratégico en el desarrollo de la minería moderna. Acosta enfatizó la necesidad de convergencia entre las normativas ambientales y de seguridad, subrayando que el avance tecnológico de los proyectos debe ir acompañado de estándares más exigentes y adaptados a las realidades del terreno. También remarcó el valor del relevo generacional en el sector, promoviendo la colaboración entre profesionales experimentados y jóvenes talentos. Su discurso cerró con un mensaje claro: el compromiso del Estado con la mejora continua de la seguridad minera es inquebrantable.

A continuación, Fernando Borja Añorga, gerente general del ISEM, ofreció una presentación que no dejó lugar a indiferencias. En su ponencia titulada “Análisis de los accidentes mineros en el Perú”, Borja reveló que durante el año 2024 se registraron 22 muertes en el sector, una cifra que la batalla por la seguridad todsvía está lejos de ganarse.
Borja llamó la atención sobre dos causas principales de mortalidad: los accidentes de tránsito relacionados con la actividad minera —que en 2021 cobraron la vida de 42 trabajadores en solo dos incidentes— y la caída de rocas, responsable del 50% de los accidentes reportados en el 2024. Estos datos evidencian que, aunque se ha avanzado, persisten brechas críticas en la gestión de riesgos.

El análisis también diferenció la accidentabilidad entre trabajadores contratistas y titulares mineros. Si bien los contratistas han tenido históricamente mayores índices, la variabilidad de los indicadores exige un enfoque más fino y personalizado. Borja reconoció los avances en programas de capacitación, uso de simuladores y herramientas de gestión de riesgos, pero fue claro: “Pensamos que todavía nos queda bastante por hacer hasta que esta curva toque piso”.
Más allá del análisis estadístico, el evento también permitió conocer experiencias empresariales innovadoras. Durante la mesa redonda sobre tendencias ESG (Environmental, Social and Governance) y su impacto en la seguridad y salud ocupacional, Paul Gómez, gerente general de Gold Fields La Cima S.A., compartió el enfoque integral de su empresa. Gómez subrayó que la innovación debe estar al servicio de las personas y no al revés, y explicó cómo Gold Fields ha incorporado algoritmos de inteligencia artificial para monitorear el comportamiento seguro de los trabajadores en tiempo real.
El ejecutivo también habló de la importancia de promover una cultura de “producción segura”, donde seguridad y productividad no se contrapongan, sino que se refuercen mutuamente. Asimismo, instó a las empresas a involucrar a las comunidades y familias en los valores de seguridad y a utilizar las redes sociales para comunicar de forma transparente los avances y desafíos en esta materia. Finalmente, destacó el rol de Cerro Corona como líder en estándares ambientales, demostrando que la sostenibilidad y la protección de la vida pueden —y deben— ir de la mano.
La mesa redonda también incluyó la participación de los ingenieros Marcelo Santillana, gerente general de Compañía Minera Poderosa, y de Raúl benavides, director de Compañía de Minas Buenaventura.
En esa misma línea de evolución conceptual, Alejandro Steinhaus, representante de Safemap International (Argentina), ofreció una ponencia reflexiva sobre el modelo Safety I, que ha predominado durante décadas. Este enfoque, centrado en el cumplimiento normativo y la reducción de errores tras los accidentes, ha contribuido significativamente a reducir la mortalidad laboral. Sin embargo, Steinhaus argumentó que es momento de ir más allá, adoptando un enfoque Safety II, donde la seguridad se base en la anticipación, el aprendizaje constante y la resiliencia operativa.

Según el experto, la seguridad no puede medirse solo por la ausencia de accidentes, sino por la capacidad del sistema para funcionar correctamente incluso en condiciones adversas. También hizo un llamado a comprender la complejidad del error humano, y a construir culturas organizacionales que fomenten el compromiso genuino de los trabajadores con su propia seguridad y la de sus compañeros.
Otro punto alto de la jornada fue la exposición de Belisario Pérez, gerente corporativo de Seguridad y Salud Ocupacional de MINSUR, quien compartió buenas prácticas alineadas a estándares internacionales. Pérez propuso un enfoque basado en cinco pilares: diseño seguro, salud mental, factores humanos, controles críticos y seguridad vial. Abogó por incluir la seguridad desde las etapas de planificación de los proyectos, promover entornos saludables y seguros, y adoptar tecnologías que refuercen la prevención y la formación de los trabajadores. También planteó una visión ambiciosa: cero accidentes viales en el entorno minero.

Proviente de Chile, Gonzalo Ortega, de la empresa tecnológica Kinin, presentó una innovadora solución de evaluación ergonómica en tiempo real con inteligencia artificial. Utilizando cámaras de celulares y software de análisis de movimiento, la herramienta permite identificar posturas inadecuadas y riesgos ergonómicos en tiempo real, reduciendo los tiempos de diagnóstico y facilitando intervenciones oportunas. Ortega recalcó que la tecnología no reemplaza a los profesionales, sino que los potencia, y que la ergonomía es clave no solo para la prevención de lesiones, sino también para el bienestar y la productividad.

El cierre del primer día estuvo a cargo de Carlos Cuello, de 80/20 Mining (Chile), quien desafió a la audiencia con una propuesta radical: dejar atrás la lógica de mitigación de riesgos y adoptar una filosofía de “cero exposición”. Cuello señaló que, pese a los avances, los accidentes fatales persisten, lo que evidencia la necesidad de rediseñar procesos y entornos laborales para evitar la presencia humana en tareas de alto riesgo. Propuso el uso intensivo de tecnologías de automatización, monitoreo remoto y verificación digital de controles críticos, advirtiendo también sobre la existencia de “controles zombis”: medidas que existen en papel pero no en la práctica.
Cuello destacó el modelo de gestión de controles críticos del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), pero enfatizó la urgencia de verificar su eficacia en campo. También resaltó el papel del liderazgo y el aprendizaje organizacional como pilares para avanzar hacia una minería sin fatalidades.

En resumen, el primer día del XXVII Seminario Internacional de Seguridad Minera dejó claro que la seguridad ya no es solo un tema de normativas o estadísticas, sino una causa que exige innovación, compromiso y transformación cultural. Las ideas compartidas reflejan un sector que, si bien aún enfrenta desafíos complejos, está decidido a construir una minería que ponga a las personas en el centro.
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