La industria minera enfrenta constantes desafíos en términos de seguridad laboral. Un aspecto crucial para mejorar la seguridad es comprender cómo se comportan los empleados y si su comportamiento representa un riesgo para su seguridad y la de los demás. Según el artículo «Reducing Mining Accidents by Evaluating Behavior» de Mining Safety, no solo es el acto de hacer algo lo que causa lesiones, sino también la falta de acción cuando se requiere una medida preventiva.
Las conductas de riesgo causan más accidentes que las condiciones inseguras. Es posible que una persona repita una conducta de riesgo o insegura muchas veces sin resultar herida, pero eventualmente, sufrirá una lesión como resultado de dicha conducta. Las personas adoptan conductas de riesgo por varios motivos: les permite realizar su trabajo, su percepción del riesgo es baja, se refuerza la conducta de riesgo, o no son conscientes de los comportamientos de riesgo.
Para abordar estas conductas de riesgo, el modelo ABC (Antecedentes, Comportamiento y Consecuencias) se presenta como una herramienta eficaz. Este modelo ayuda a identificar y modificar los comportamientos inseguros en los mineros. Los antecedentes funcionan mejor cuando los empleados no saben qué hacer, no saben cómo hacerlo, o tienen obstáculos en su camino. Por otro lado, las consecuencias funcionan mejor cuando los empleados ya saben qué hacer, eligen no realizar el comportamiento deseado, o necesitan un incentivo para realizar el comportamiento deseado.
Aplicación del modelo ABC
El modelo ABC se centra en determinar cuándo utilizar antecedentes y cuándo utilizar consecuencias. Los antecedentes son más efectivos en situaciones donde falta conocimiento o hay barreras, mientras que las consecuencias son útiles cuando se necesita motivación adicional para realizar un comportamiento seguro. Esta distinción es esencial para la formación y la motivación de los empleados.
El método ABC es eficaz al determinar cuándo utilizar antecedentes y cuándo las consecuencias. Los antecedentes funcionan mejor cuando los empleados no saben qué hacer ni cómo hacerlo y tienen obstáculos en su camino. En cambio, abordar las consecuencias funcionan mejor cuando los empleados saben qué hacer, cuando no realizan el comportamiento deseado y necesitan un incentivo para hacer el comportamiento deseado.
Si quieres saber en qué consiste el modelo ABC, haz clic aquí para acceder a nuestro artículo.
Formación y motivación
La formación es a menudo la respuesta inmediata ante la falta de comportamientos deseados. Sin embargo, según el artículo, este enfoque puede ser incorrecto si el problema radica en la motivación. En estos casos, aumentar la formación puede sentirse como un castigo para los empleados. En lugar de agregar más antecedentes a través de la formación, es crucial evaluar si el problema es una cuestión de motivación y abordar las consecuencias adecuadas para incentivar comportamientos seguros.
El modelo ABC proporciona una metodología estructurada para analizar y modificar el comportamiento de los mineros con el objetivo de reducir accidentes. Al identificar si los problemas de seguridad se deben a la falta de conocimientos o a la falta de motivación, las empresas mineras pueden implementar estrategias más efectivas para mejorar la seguridad laboral. De esta manera, se puede fomentar un entorno de trabajo más seguro y reducir significativamente el número de accidentes en la minería.
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