A pocas semanas de culminar el presente año, las estadísticas de seguridad minera indicaban una posible mejora en comparación al año precedente. Con alrededor de 200 mil trabajadores en todo el sector, la cantidad de accidentes mortales tiene una tendencia a disminuir en las operaciones mineras, aunque ciertamente toda pérdida humana es lamentable y debe llamar a multiplicar esfuerzos.
El avance paulatino positivo en los indicadores de seguridad es producto de múltiples factores. Entre ellos están las políticas corporativas y los sistemas de gestión de las empresas, que van madurando en un contexto donde la alta dirección ha tomado mayor conciencia de su papel en la prevención de pérdidas humanas y materiales.
No podemos dejar de señalar el aporte del marco de actuación establecido por el Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional Minera, vigente desde el año 2010. Por ejemplo, la inclusión del Anexo 14B-Matriz Básica de Capacitación en Seguridad y Salud Ocupacional Minera, elevó la valla de los conocimientos mínimos que todo trabajador, supervisor y gerencia debe haber aprendido para desempeñarse con solvencia en seguridad durante el quehacer minero diario.
La situación no está exenta de retos. El desprendimiento de rocas, la caída de personas y los accidentes de tránsito siguen siendo un dolor de cabeza para las gerencias, supervisión y colaboradores, tanto de empresas titulares como de contratistas y conexas. En conjunto representan el 52% de los accidentes mortales ocurridos durante el lapso del 2000 al 2015. Una reducción en este indicador significaría un salto cualitativo en la gestión de los riesgos mineros.
Entonces, ¿qué hacer? Una primera tarea es dejar de hacer aquello que nos impide alcanzar los objetivos de seguridad y salud ocupacional. Pero como ninguna organización o persona es una isla, esa tarea debe estar acompañada de otra: abrir las puertas a nuevos conocimientos y a experiencias que dieron resultado en organizaciones con problemas similares.
La autoiniciativa es clave en aquellas empresas donde los accidentes todavía siguen siendo un problema angustiante. Nuestro sector debe ir por más logros en el año próximo. En ese esfuerzo encontrará en el Instituto de Seguridad Minera-ISEM un aliado para construir una cultura de seguridad y salud ocupacional liderada por colaboradores de Clase Mundial.
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