En la última Jornada de Seguridad Minera del 2025, el Instituto de Seguridad Minera (ISEM) abordó la fatiga en el lugar de trabajo como un riesgo crítico. La especialista invitada fue Katherine Vargas de AlertPlus, quien destacó la necesidad de medición objetiva y estrategias preventivas en el sector minero e industrial.
La fatiga es mucho más que una simple sensación de cansancio; es un riesgo significativo para la salud, el desempeño y la seguridad operacional de cualquier faena. En sectores de alta criticidad como la minería, la fatiga puede contribuir directamente a incidentes o accidentes graves.
La fatiga se define como un estado psicofisiológico donde el cuerpo experimenta una disminución de energía y una necesidad biológica de descanso, provocando que la mente pierda la capacidad de mantener el rendimiento y la atención. Sus manifestaciones incluyen el lentecimiento cognitivo, un mayor esfuerzo para realizar tareas sencillas y el deterioro de funciones cognitivas clave como la memoria de trabajo y la atención.
Los efectos de la fatiga son profundos: afecta la atención, la toma de decisiones, la velocidad de reacción y la función fisiológica del sistema nervioso. A nivel organizacional, el impacto se traduce en baja productividad, deterioro del clima laboral y un aumento del ausentismo por licencias médicas.
Un aspecto alarmante de la fatiga es su semejanza con el consumo de alcohol a nivel cerebral. Diversos estudios han demostrado que estar 17 horas despierto genera un deterioro cognitivo equivalente a tener un 0.05% de alcohol en la sangre. Esto se debe a que la fatiga reduce la actividad de la corteza prefrontal, región esencial para la atención y la toma de decisiones. Por ello, una persona fatigada puede ser tan peligrosa al operar como alguien bajo los efectos del alcohol.
¿La medición objetiva es indispensable?
La fatiga se instala de manera gradual y la percepción subjetiva de un trabajador no siempre coincide con su nivel de fatiga real, por lo que no es un indicador confiable. De hecho, la fatiga suele manifestarse primero en el sistema nervioso y los reflejos, y solo después la persona comienza a notarla.
Para ser preventivos y no reactivos, es fundamental medir la fatiga de forma objetiva, lo cual permite identificar cambios en el individuo que aún no son percibidos, dando la oportunidad de actuar antes de que ocurran errores o una disminución en el rendimiento. A corto plazo, esta medición asegura que el personal mantenga su nivel de concentración y alerta, reduciendo el riesgo de incidentes.
Causas y ruptura del ciclo circadiano
La fatiga es un fenómeno multicausal que abarca factores organizacionales, individuales, ambientales y cognitivos.
- Organizacionales: jornadas laborales extensas, turnos nocturnos o continuos, escasez de pausas o excesiva carga laboral.
- Individuales: estrés, salud física, y hábitos como el consumo de cafeína, alcohol o el uso de pantallas antes de dormir.
- Críticos: los factores más relevantes son los ritmos circadianos y el sueño.
El reloj biológico interno, sincronizado por la luz, controla ritmos diarios esenciales como el sueño y la energía. Cuando este ritmo se desajusta debido a dormir poco, turnos irregulares o el uso de pantallas durante la noche, el sistema se rompe, acelerando la aparición de fatiga y aumentando los errores por falta de atención.
Tecnología para la gestión de la Fatiga
Para combatir este riesgo multifactorial, se requieren estrategias integrales, como el programa preventivo de fatiga basado en cuatro pilares: medición, mitigación, seguimiento y Educación.
La empresa Alert Plus, que emplea dos sistemas de medición objetiva:
- AccessPoint: un dispositivo en terreno que estima la fatiga aguda al combinar elementos subjetivos (escala Samn-Perelli) y objetivos (estimación de deuda de sueño y el test que mide el nivel de alerta circadiana). Los resultados (normal, leve, moderado o severo) se centralizan en una plataforma para gestión y reportes personalizados.
- B’alert+: una aplicación móvil rápida y accesible que evalúa la fatiga en aproximadamente 2 minutos, usando preguntas de percepción subjetiva y un test. Una de sus ventajas es que no requiere equipamiento especializado ni conexión a internet.
Cuando los resultados de estas evaluaciones indican fatiga moderada o severa, se aplican medidas de mitigación basadas en guías internacionales, incluyendo hidratación, consumo de cafeína y activación física y mental. Estas intervenciones, que duran alrededor de 30 minutos, son altamente efectivas: cerca del 60% de los trabajadores logra corregir completamente su condición de fatiga.


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