El trabajo de rescate en minas es muy exigente con un alto riesgo de estrés por calor y significar un evento cardiovascular intenso. La situación ha hecho que un estudio publicado en el Journal of Occupational and Enviromental Medicine describa las fisiológicas de los rescatistas mineros durante una emergencia minera simulada.
La investigación tuvo como muestra a 76 profesionales que participaron en la décima edición del International Mines Rescue Competition (IMRC), donde los rescatistas deben resolver cuatro desafíos bajo tierra.
Los datos obtenidos hicieron que los especialistas adviertan sobre el golpe de calor, un riesgo grave que ha causado la muerte de varios rescatistas en mina subterránea. Este punto es importante, debido al peso promedio que carga un rescatista a la hora de atender una emergencia. Los expertos recomiendan que los rescatistas sean examinados después de cada emergencia para detectar la tensión del calor.
A esto hay que sumar las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, una de las recomendaciones es incorporar monitores de uso corporal, idealmente capaces de transmitir medidas fisiológicas en tiempo real al responsable de los entrenamientos de rescate y simulación. Con los datoso obtenidos, los líderes del equipo podrán decidir quién corre el mayor riesgo de sufrir un accidente en plena emergencia.
«Se deben considerar otros factores en investigaciones futuras para proteger aún más a estos trabajadores de lesiones y esfuerzo por calor, incluyendo: prefatiga, es decir, actividades del trabajador justo antes de la llamada de emergencia; e incapacidad para hidratarse lo suficiente antes y durante una emergencia real», añaden.
Las conclusiones apuntan a que los rescatistas deben comprometerse con un programa de acondicionamiento físico regular para compensar los riesgos y las necesidades de la industria. Además, los trabajadores deben ser monitoreados durante una simulación de rescate y entrenamiento para detectar la tensión por calor para salvaguardar su salud.
«Los trabajadores deben someterse a pruebas y a tratamiento para la tensión térmica después de cada simulación de rescate y entrenamiento; esto debería incluir un programa de recuperación planificado para el trabajador. Estos cambios tendrán implicaciones prácticas en la industria, pero también deberían mejorar la salud general de la organización, lo que podría tener otros beneficios», precisa el estudio.
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