Hasta ahora era imposible determinar el factor de protección efectivo de un equipo respirador, importante para garantizar que el trabajador realmente esté protegido durante toda su labor. La tecnología de Pulmochip ya lo hace posible.
La salud de los trabajadores en ciertos lugares está comprometida ante la presencia de agentes químicos, biológicos o de otro tipo que pueden atacar el organismo de las personas por la vía respiratoria. Frente a ello, en el mercado se han desarrollado una amplia gama de modernos equipos de protección respiratoria.
No obstante, hoy los riesgos respiratorios tienen grandes desafíos en muchas industrias y en especial en la industria minería, en donde normalmente la jornada laboral es de 12 horas y se está expuesto, además de los agentes contaminantes, a diferentes condiciones ambientales, de humedad, de altas o bajas temperatura, etc.
El principal reto es garantizar que los equipos de protección respiratorio que se asignan a cada trabajador realmente funcionen de manera eficaz ante las distintas condiciones de trabajo de acuerdo a cada actividad.
Cuando se asigna un respirador a una persona, se prevé que el equipo sea de la talla del rostro del colaborador y que sea el apropiado contra ciertos agentes (polvo, gases, polvo respirable, humos metálicos, vapores orgánicos, bencenos, vapores de hidrocarburos, material particulado diesel, etc.).
Además, la elección del equipo debe considerar el tiempo en que se estará expuesto al agente contaminante y es necesario identificar previamente cuál es el factor de protección asignado. El factor de protección asignado es el grado de protección que brindará un respirador.
Por ejemplo, determinar si el perforista minero en interior mina, en socavón, o en superficie estará expuesto a un nivel que puede ser de 5 por encima del nivel, o de 10, 25, 50 hasta 1000, para de acuerdo a ello asignar el tipo o modelo del respirador.
Hacia una nueva tecnología
Sin embargo, para que el riesgo sea realmente controlado, adicionalmente se debe establecer un factor de protección efectivo del trabajador. Este factor solo se puede determinar durante el día a día del trabajador, para identificar los momentos en que el colaborador no usa el equipo o lo usa inadecuadamente, elevando o disminuyendo el nivel de protección del equipo asignado.
«Si decimos que el factor de protección efectivo del respirador de media cara es 10 veces por encima del límite, realmente en campo durante las 8 horas o 12 horas laborables el trabajador ¿va a mantener todo el tiempo ese factor o va a cambiar?», pregunta la ingeniera Grace Valenzuela supervisora de Higiene Ocupacional en Barrick Gold.
Si una persona no usa o usa incorrectamente en alrededor de dos horas el respirador de cara completa, por ejemplo, genera que su factor de protección de 50 baje hasta un nivel de 5 por encima del límite.
«Por eso, hay una gran oportunidad de mejora con respecto a poder aplicar tecnología para identificar el factor de protección efectivo», afirma. Entonces ¿cómo determinar este factor? Ese es el gran desafío. En ese sentido, Pulmochip es una innovadora tecnología desarrollada por especialistas de Draeger Perú y la Universidad de Lima.
Tecnología Pulmochip
El objetivo de Pulmochip es determinar el factor de protección efectiva, es decir, monitorear en tiempo real los tiempos de uso y no uso (o uso incorrecto) del respirador en el mismo lugar del trabajo.
«Cuando me refiero a tiempos de no uso, el trabajador va a estar conversando y va a perder sello facial, por lo que va a ingresar la partícula. O cuando el trabajador está sudando en exceso y está generando pérdido de hermeticidad del respirador, o cuando el trabajador se va almorzar, entre otros», detalla Valenzuela.
Hasta ahora este factor no se podía medir, lo que impedía decir que realmente el riesgo respiratorio estaba controlado. No se podía hacer una medición del factor en el campo pues, entre otras cosas, requería que el trabajador tenga cerca o en una mochila cargando el medidor de partículas durante el trabajo.
«Es como colocar un equipo de 2 kilos 800 cerca al colaborador o en la mochila, teniendo los tubos que puedan medir la exposición al interior y al exterior del respirador todo el tiempo. Es prácticamente inadmisible, incómodo y no es tan real porque el colaborador va a evitar hacer movimientos similares a los que él realizaría», apunta.
Sin embargo, con la investigación financiada por Innovate, se ha logrado desarrollar la tecnología Pulmochip. Mediante ella se inserta un sensor de 5 centímetros cúbicos un respirador, lo que permitirá determinar los tiempos de uso y de no uso correcto del respirador.
«A eso le vamos a llamar un factor de uso para determinar cuál es realmente la eficacia del uso adecuado del respirador. Este sensor no va a interferir en el uso del respirador ni en la ejecución de las pruebas de ajustes cuantitativas», afirma Grace Valenzuela.
Lo que hace esta tecnología es que el sensor contabilice en tiempo real cuántos segundos, minutos y horas el trabajador tiene realmente colocado de manera correcta el respirador, ejerciendo un nivel de protección adecuado.
Esto ofrece varias ventajas, por ejemplo se puede hacer un seguimiento de la eficacia de la protección respiratoria actual que se maneja en el puesto de trabajo; se podrá tener informes de los resultados de los factores de protección efectivos de los trabajadores y una mejor comprensión de los factores que van a influir en el mal uso del respirador. «Vamos a tener una comprensión minuto a minuto de lo que sucede», remarca la especialista.
La presentación de la nueva tecnología se dio en el marco del Taller Informativo Pulmochip: Gestiona de manera eficaz la Seguridad y Salud de tus colaboradores, que además tuvo como expositores a la Dra. Carmen Julián, médico especialista en Salud Ocupacional y Ambient, y el MSc. Ing. Eduardo Toledo, docente e investigador de la Universidad de Lima.
Deja un comentario